The Huffington Post: Impronunciable e ilegible

La sucursal española del ¿periódico? The Huffington Post es como uno de esos abuelos que se ponen chandal. Soy un super carcamal, pero voy de chico deportista y no se nota. Coño, que no se nota. Se te ve desde las lunas de Saturno, machote.

The Huff (me niego a escribirlo entero sin que me dé un jamacuco) pertenece a Prisa, y en este grupo son muy proclives a ser el bebé en el bautizo, la niña en la comunión y por supuesto los novios en la boda. Y como en EEUU está, al parecer, muy de moda el ‘noperiodismo’ de los agregadores de noticias, pues aquí también porque somos unos chicos modernetes, intelectuales y progres. La mezcla es cateta. The Haff es un periódico cateto.

La web es fea de cojones. Y la tipografía de los titulares es tan pequeña que apenas se lee. Y hacerlo desde un dispositivo móvil es una tarea numismática o incluso microbiana. En The Huff todo es pequeño, excepto el titular que abre la edición, que no es grande, es mayúsculo, de una envergadura excesiva. Poco se puede decir con esas letrazas enormes, no cabe apenas nada. Se escriben entonces chorradas como la que acompaña estas lineas: ‘Ángela… acelera’. Me he quedado mortimer.

El periodismo es otra cosa. Eso de agregar noticias de agencias y darles un titular ocurrente lo pueden hacer alumnos de ESO. Por no hablar de los sesudos colaboradores que escriben sus opiniones a un lado, en la banda izquierda, y que quieren parecer modernos. Pero ni el diseño de la web ni su contenido son de estos tiempos que corren, sino más bien de cuando se utilizaban ordenadores Amstrad y ZX Spectrum.

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Acerca de Joaquín Núñez

Periodista.
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